Diseño puede definirse como el proceso de adecuación formal de un objeto, etimológicamente deriva del italiano disegno: dibujo. Consiste en la prefiguración mental -mediante bocetos y planos- de la solución a la forma: condicionada a su vez por el uso, los métodos de fabricación y el resultado estético final. En pleno auge del movimiento moderno, los diseñadores de los 50, fueron influenciados por los postulados de la Bauhaus -Walter Gropius, Marcel Breuer, Mies van der Rohe- y por los finlandeses Eliel Saarinen y Alvar Aalto, descartándose los estilos historicistas en beneficio de formas antropométricas, funcionales y sintéticas. Los nuevos diseños buscaron inspiración en el contexto estético sobreviniente: polímeros y formas moleculares, aerodinamismo, carrera espacial y ciencia ficción, pero también en texturas rústicas naturales como rocas, hielo, algas, cortezas o nervaduras que se plasmaron en textiles, vidrios y cerámicas. Aunque en menor medida, también influyeron parcialidades del arte africano o las formas expresadas por escultores contemporáneos como Henri Moore, Alexander Calder y Jean Arp.