Museo Casa de Ricardo Rojas
La familia Errázuriz Alvear, interesada en el arte y las antigüedades, adquirió una valiosa colección de obras europeas y orientales, que en su mayor parte integran hoy el patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo.
Planta Principal
Gran Hall
El Gran Hall es el salón más amplio de la residencia, el único con doble altura y el eje alrededor del cual se desarrollaban las actividades de la casa.
El cielorraso está decorado con casetones y vidrio emplomado; por encima del mismo se ubican las grandes vigas de hierro que sostienen la cubierta. De esas vigas ocultas cuelgan las cinco grandes arañas de bronce patinado que copian modelos flamencos. La galería alta comunica los departamentos privados. Todo el salón está rodeado por un zócalo de roble, sus paneles con talla de pergamino plegado. Las dimensiones y la época evocada en este salón se adecuan a las medidas de los tapices flamencos que se exhiben. El mobiliario se organiza en varios conjuntos de sillones, banquetas, mesas y arcones; pinturas góticas y renacentistas, obras de imaginería religiosa española, flamenca y alemana contribuyen a evocar los salones ingleses de época Tudor en el siglo XVI.
Salón Comedor
Don Matías Errázuriz y Doña Josefina de Alvear organizaban frecuentes banquetes y reuniones sociales. A la mesa podían sentarse cómodamente hasta veinticuatro invitados. La atmósfera barroca , cuya inspiración fue el Salón de Hércules del Palacio de Versalles, se logró con la combinación de mármoles procedentes de canteras de Carrara y del Macizo Central francés. Los muros trabajados en varios planos acentúan los efectos de luz y sombra. Las puertas y los encuadres de las pinturas tallados en madera con conchas y roléos mantienen el estilo. Las escenas de caza pintadas en el siglo XIX por Alfred de Dreux, las consolas de mármol Rose de France con porcelanas chinas y el biombo de laca de Coromandel daban espléndido marco a las fiestas.
Salón de baile
Evoca los años de la Regencia Francesa (1705-1713) período de transición entre la solemnidad del Barroco y la armónica gracia del Rococó.
El salón tiene una planta rectangular con esquinas curvas. Las nuevas costumbres y normas de protocolo de la época de Luis XV, más flexibles que las que predominaron bajo el reinado de Luis XIV, llevaron a la expresión de una alegría que llevó a el uso de colores claros, la luz y sus reflejos, e importantes trabajos en dorado a la hoja; destacando la línea curva que crea un juego visual de que borra los límites del espacio real.
Salón de Madame
Decorado en estilo Luis XVI, con sillones confortables, mesas y secretaires del siglo XVIII, es de carácter esencialmente femenino y refleja la influencia que tuvieron las mujeres en el arte, las costumbres y la decoración, ya sea encargando obras y muebles o como protagonistas de las escenas de la pintura galante. Esta sala donde Josefina de Alvear de Errázuriz recibía a sus amistades, está revestida en madera pintada, los paneles de ambas puertas son originales del siglo XVIII. El panel entelado es un recurso decorativo que la reina María Antonieta utilizó en algunos salones de Versalles. Las dos arañas de bronce y cristal de líneas neoclásicas copian modelos del Petit Trianon, placete en el predio de Versalles donde la reina pasó gran parte de sus días hasta el estallido de la Revolución Francesa en 1789. La decoración se enriquece con pinturas francesas del siglo XVIII como "El sacrificio de la rosa" de J.H. Fragonard y "Venus con Cupido" de J.F. De Troy. En lugar de honor se puede apreciar "La Eterna Primavera", un mármol realizado por el escultor fracés Auguste Rodin.